TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN COMO BARRERA PARA EL APRENDIZAJE
BENEMÉRITO
INSTITUTO NORMAL DEL ESTADO
“GRAL. JUAN CRISÓSTOMO BONILLA”
LICENCIATURA
EN EDUCACIÓN PREESCOLAR
CURSO:
HERRAMIENTAS BÁSICA PARA EL APRENDIZAJE
MAESTRA:
JAQUELINE
TRABAJO:
PLANTEAMIENTO
DEL PROBLEMA TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCIÓN COMO BARRERA PARA EL APRENDIZAJE
QUINTO
SEMESTRE “D”
ALUMNAS:
MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESICA
NAVARRETE BONILLA
CICLO
ESCOLAR 2017 - 2018
Marco teórico
La
Organización Mundial de la Salud (1992) considera que el termino “trastorno”
es muy útil pues tolera la ambigüedad, evitando los problemas que
plantea el utilizar términos
como “padecimiento” o “enfermedad”, aunque “trastorno”
no es un término
muy preciso se utiliza para señalar la presencia de comportamientos o
síntomas que producen malestar e
interfieren con la actividad del
individuo, el trastorno por déficit de atención hace
referencia a la alteración(es) causadas por la deficiencia atencional,
es decir, por la carencia, ausencia e
insuficiencia de las actividades de orientación, selección, mantenimiento de la
atención, y a su deficiencia en
el control y regulación para con otros procesos. Sin embargo, cabe resaltar que
tal deficiencia no
se constituye como factor causal
único y exclusivo de
los trastornos.
La incidencia estimada
del TDAH es de aproximadamente dos millones de niños, esto es 3 – 5% de los
niños en edad escolar, y se halla con mayor presencia en el sexo masculino que en el
femenino en una proporción que varía entre 4 a 1 y 9 a 1 (Asociación de
Psiquiatría Americana, 1995).
Los resultados de estos
estudios tienden a variar, de esta manera, estudios epidemiológicos realizados
en Tennesse revelan que el 4.7% padecen de TDAH del tipo desatento,
3.4% tenían predominio de la hiperactividad y un 4.4% presentaban TDAH del tipo
combinado (Wolraich et al. 1996; véase en Sabate, Bassas y Quiles, 1999). En
Alemania se encontró que un 9% presentaba TDAH del tipo desatento, un 3.9 eran
hiperactivos, y un 4.8% tenían TDAH del tipo combinado (Baumgaertel et al.
1995; véase en Sabate, Bassas y Quiles, 1999), es decir que en ambos
grupos predominaba la desatención
Por su parte, Anicama et
al. (1997ª) en un estudio realizado
en una zona urbano marginal de Lima
pertenecientes a una clase socio-económica baja, no encontró diferencias por
sexo en ningunas de las escalas del EDDA, lo que indica que el déficit de atención
afecta por igual a hombres y a mujeres. Posteriormente realizó un estudio en un
grupo de niños de un Centro Educativo
de una zona urbano marginal
de Lima, a quienes se les aplicó la Escala de Desordenes de Déficit de Atención
(EDDA), encontró un 23% de prevalencia del TDAH.
Analizando la prevalencia por
áreas, halló que el 38% de niños tienen problemas de hiperactividad, un 34%
presentaba déficit de
atención, y un 20% impulsividad (Anicama,
Melgar, Lívia, Ortiz, Palacios, Tomás y Araujo,1999).
Se ha de tener en cuenta que estos
datos en relación con
el TDAH varían en función de
diferentes circunstancias, entre ellas se encuentran el tipo de población que
se toma como referencia, el criterio diagnostico y los instrumentos de medida que se
usan.
Definir déficit
de atención, podemos decir que se trata de un trastorno que se diagnostica cuando
un niño no tiene la capacidad de concentrarse en una sola cosa; la carencia en
la selección y el mantenimiento de atención y las consecuencias que esta
actitud puede acarrear a nivel psicológico. Es decir, se trata de una persona
que presenta dificultades para permanecer quieta, actúa sin pensar primero o
empieza a hacer algo pero nunca lo termina, entre otras situaciones. (Pérez y
Gardey, 2008)
Los
autores Ardila y Rosselli aseguran que este trastorno está
íntimamente relacionado con una falta de capacidad para prestar atención, la
cual se encuentra ligada a lesiones en el cerebro y debe ser atendida
con cierta urgencia. Por ende, cualquier persona que presente síntomas como
fluctuaciones de la atención, incapacidad para concentrarse, dificultades
motrices debe ser atendida con urgencia pues puede ser que padezca alguna
patología relacionada con los lóbulos frontales; aseguran que este tipo de
síntomas, además suelen presentarse en personas que hayan padecido con
anterioridad trastornos craneoencefálicos.
o Por su parte,
la Asociación Americana de Psiquiatríaasegura que el déficit de atención
puede diagnosticarse en pacientes con las siguientes características:
o Se equivocan porque no
pueden prestar atención a los detalles;
o No pueden mantener la
mente en una cosa durante mucho tiempo, por ejemplo en juegos y tareas
similares;
o Aparentan no estar
escuchando cuando alguien les habla directamente;
o No pueden finalizar sus
tareas y obligaciones;
o Evitan aquellas actividades que
puedan exigirles un esfuerzo mental que no creen poder realizar;
o Distraerse
fácilmente frente a estímulos que no sean relevantes;
o No poder siquiera realizar
las actividades diarias.
Con
todo esto podemos afirmar que el déficit de atención se manifiesta a través de
síntomas de tipo fisiológicos,
cognitivos,
motores y es sumamente nocivo para el buen rendimiento de una persona, en su
individualidad y en su desempeño dentro de un círculo determinado (familia,
escuela, trabajo, comunidad).
Tratamiento
para el déficit de atención
Las
personas con déficit de atención deben recibir la ayuda de un terapeuta,
el cual debe determinar las causas de dicho comportamiento y establecer qué
áreas del funcionamiento del individuo se encuentran relacionadas con este
incapacidad. Para ello, se realiza un examen psicológico, indagando sobre
aquellos aspectos de la vida del paciente que puedan ser reveladores de la causa
del trastorno. El tratamiento se realiza de forma conjunta entre diversos
especialistas, donde cada uno analiza el trastorno y propone una determinada
forma de tratarlo, desde el área que es de su competencia.
El
Déficit Atencional (DA) es un trastorno que afecta la capacidad del individuo
para prestar atención. Los que lo padecen presentan dificultad para concentrarse
y a veces para controlar su conducta. Algunos sujetos no pueden estar sentados
por largos periodos de tiempo sin sentirse inquietos e impacientes y se los
considera hiperactivos. Otros que tienen déficit de atención son exactamente lo
contrario aunque también tienen dificultad para prestar atención, no son
considerados hiperactivos, pero demoran más para hacer las cosas. El niño que
llega al mundo se inserta en el medio al que debe adaptarse, a una familia ya
existente, que al mismo tiempo debe aceptar al recién llegado. El bebé en un
comienzo es totalmente dependiente, es decir que depende de los adultos para
hacer cualquier cosa. Esta dependencia apunta, con el desarrollo a convertirse
en lo opuesto, ser independiente. En los niños con Déficit Atencional estos
cambios cuestan más, retardan este pasaje de la dependencia a la independencia.
Es así como vemos chicos que no saben hacer prácticamente nada solos y al mismo
tiempo son extremadamente exigentes con los que los rodean: "el pequeño tirano"
como algunos padres lo describen. (Fundación para la Asistencia, Docencia e
Investigación Psicopedagógica)
Conductas
a tener en cuenta para detectar posible Déficit Atencional
Existen
algunas pautas a tener en cuenta durante el primer año de vida de un niño para
detectar un posible síndrome de Déficit de Atención:
Conducta motora excesiva: los padres describen a estos niños como muy movedizos, inquietos, desde las primeras semanas.
Problemas de sueño: no duermen lo suficiente, se despiertan varias veces durante la noche o tardan en conciliar el sueño. La alteración en el sueño muestra la gran sensibilidad a cambios externos.
Problemas de alimentación: el niño ávido de experiencias, se mueve, traga mal la comida. Come ansiosamente, traga aire lo que produce comúnmente los llamados "cólicos".
Conducta motora excesiva: los padres describen a estos niños como muy movedizos, inquietos, desde las primeras semanas.
Problemas de sueño: no duermen lo suficiente, se despiertan varias veces durante la noche o tardan en conciliar el sueño. La alteración en el sueño muestra la gran sensibilidad a cambios externos.
Problemas de alimentación: el niño ávido de experiencias, se mueve, traga mal la comida. Come ansiosamente, traga aire lo que produce comúnmente los llamados "cólicos".
Recuperado
de:
Delimitación
del tema
El entorno de un niño está repleto de
informaciones, novedades y estímulos.
Por eso, sea difícil para ellos mantener una atención y una
concentración en los estudios y en sus tareas de un modo particular. La atención
general que requiere cualquier aspecto novedoso en su vida presenta, en
ocasiones, dificultades en el aprendizaje, pero existen limitantes: la falta de atención como una barrera
para el aprendizaje.
Preguntas
de investigación
¿Qué problemas se
presentan con los niños que sean referente a la
falta atención en edad preescolar?
¿Cómo afectan los
problemas de falta de atención en el aprendizaje de los niños?
¿Qué ejercicios se
pueden realizar con alumnos con TDAH?
¿Qué estrategias como
docente se pueden trabajar con alumnos del Trastorno por déficit de atención
con hiperactividad?
Objetivos
de la investigación
-
Investigar acerca de la falta de déficit
de atención.
-
Identificar los problemas que se dan en
alumnos con déficit de atención.
-
Conocer de manera más amplia el tema de
Trastorno por déficit de atención con
hiperactividad.
-
Emplear estrategias con alumnos de TDAH, para poder lograr
aprendizajes.
Justificación
A través de la atención, nuestra mente puede centrarse en
un estímulo de entre todos los que hay a nuestro alrededor para ignorar todos
los demás. Con la concentración, una de las habilidades fundamentales en el
proceso de conocimiento, mantenemos la atención focalizada sobre un punto de
interés, durante el tiempo que sea necesario. Sin concentración es
prácticamente imposible aprender algo, por tanto, la concentración es
imprescindible para el aprendizaje.
Viabilidad
Este proyecto considero
que es viable ya que hoy en día en la mayoría de los Jardines de niños, en
todos los grupos, siempre hay uno que nunca se sienta tranquilo. Fácilmente y
en varias ocasiones se distrae y es muy difícil volver a retomar su atención,
lo que conlleva a que ese niño nunca aprenderá a escuchar ni hacer lo que sus
compañeros hacen, es muy importante conocer acerca del tema y tener muy
presentes las características para que de esta manera no se confunda con un niño inquieto. Es muy importante conocer este trastorno para
poder diseñar estrategias que estén acorde las características que tienen los
niños sin perder de vista las mismas.
Estudio
del arte
·
Trastorno por déficit de atención e
hiperactividad: algunas consideraciones sobre su etiopatogenia y tratamiento
·
El niño con Trastorno por Déficit de
Atención y/o Hiperactividad
·
Modelo
Teórico del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad I: Definición
Operativa
·
Trastorno
por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH): Coeficiente Intelectual y
Funciones Cognoscitivas
ARTÍCULO DE
REVISIÓN
Trastorno por
déficit de atención e hiperactividad: algunas consideraciones sobre su
etiopatogenia y tratamiento
Alba
Portela Sabari,I MsC. Migdalia Carbonell Naranjo,I MsC. Maricel Hechavarría
TorresII y MsC. Caridad Jacas GarcíaII I Hospital Infantil Docente Sur “Dr.
Antonio María Béguez César”, Universidad de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba,
Cuba. II Hospital General Docente “Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso”, Universidad
de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.
RESUMEN
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad constituye un modelo
persistente o continuo de inatención y/o hiperactividad e impulsividad, que
impide las actividades diarias o el desarrollo típico, pues provoca
dificultades para mantener la atención, la función ejecutiva y la memoria de
trabajo. Por su repercusión tanto en niños como en adultos, en la actualidad
resulta un tema de gran interés sobre el cual se efectúan muchos estudios a
nivel mundial. En este artículo se abordan aspectos importantes relacionados
con la etiopatogenia de dicho síndrome y los diferentes tratamientos empleados
para paliarlo; asimismo se ofrece información acerca de las morbilidades
asociadas y los enfoques conceptuales que se evidencian en los sistemas de
clasificación internacionales. Palabras clave: trastorno por déficit de
atención e hiperactividad, inatención, hiperactividad, impulsividad, niños.
MEDISAN
2016; 20(4):557 INTRODUCCIÓN El trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH) es el término por el cual se denomina al síndrome
caracterizado por 3 síntomas nucleares: la inatención, la hiperactividad y la
impulsividad. Fue el pediatra inglés Still, en 1902, quien dio la primera
descripción de conductas impulsivas y agresivas, falta de atención y problemas
conductuales, a los que eran considerados como niños “distintos”,
incontrolables, problemáticos; adjetivos que aún se emplean en la actualidad
para describirlos.1 Este trastorno neurobiológico, que aqueja tanto a adultos
como a niños, es descrito como un patrón persistente o continuo de inatención
y/o hiperactividad e impulsividad que impide las actividades diarias o el
desarrollo típico. Los afectados suelen experimentar dificultades para mantener
la atención, la función ejecutiva y la memoria de trabajo, y pueden
corresponder a 3 tipos distintos de TDAH:2
•
Inatento
•
Hiperactivo-impulsivo
•
Inatento e hiperactivo-impulsivo combinado La afección es frecuente, pues puede
aparecer en 3 % de los niños, con un predominio de 6 a 9 veces más en los
varones; sus manifestaciones clínicas se dan en la escuela, al interactuar con
los compañeros, en el hogar. En la mayor parte de los casos no puede
determinarse una causa específica, pero se refiere que es probable la
existencia de una base biológica, en la cual influirían factores hereditarios,
ambientales y sociales.3 Cabe señalar que las manifestaciones ya son notables a
partir de los 3 primeros años de vida, y muestran una diversidad clínica e
intensa a partir de los 5 años. Durante la etapa escolar su evolución es
crónica y sintomáticamente evolutiva; de igual modo, 60 % de los niños
afectados pueden presentar otros síntomas asociados.4 Asimismo la prevalencia
mundial estimada del TDAH hasta los 18 años de edad es de 5,29 %, y representa
entre 20 y 40 % de las consultas en los servicios de psiquiatría
infanto-juvenil. Se ha demostrado, en estudios de seguimiento a largo plazo,
que entre 60 y 75 % de los niños con TDAH continúan presentando los síntomas
durante la edad adulta. La proporción entre niños y niñas con este trastorno es
de 4:1 y en los adultos, de 1:1, para constituir un importante problema en la
práctica neuropediátrica debido a su aparición precoz y a su naturaleza
multifacética y crónica. Igualmente es el trastorno psiquiátrico más común de
todos los que afectan el neurodesarrollo y uno de los más frecuentes en
escolares de 6-7 años.5 El trastorno por déficit de atención e hiperactividad
ha cambiado de definiciones a través de la historia. En 1845, Hoffman, médico
alemán, describió por primera vez las características conductuales de algunos
menores excesivamente inquietos y distraídos y dio origen al término
“hiperactividad”. Desde entonces se han efectuado múltiples investigaciones con
el fin de establecer las causas de este síndrome. Luego, en 1902, Frederick
Still desarrolló una concepción muy particular de la hipercinesia al asociarla
a “fallos en el control moral” que no resultan de deficiencias intelectuales.
En los años siguientes distintos autores encontraron en niños que habían
sufrido daño cerebral, síntomas similares a los descritos por Still, lo que
MEDISAN 2016; 20(4):558 condujo a que se adscribiera claramente la hiperactividad
a una alteración neurológica.6 Durante los años 30 y 40, este término fue
sustituido por el de “disfunción cerebral mínima”, apoyando la posibilidad de
un origen funcional, que incluiría niños con hiperactividad y disfunción
atencional, sumado a otros trastornos del aprendizaje y problemas motores
leves. Apuntaban teorías neuroquímicas o neurofisiológicas como base añadida de
este espectro de comportamientos.7 A partir de la década de los 70 comenzaron a
aparecer múltiples definiciones, como la de la segunda edición del Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, (DSM-II, siglas del
inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), donde se refiere
una reacción hipercinética. Hacia finales de la década de los 70, la novena
revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades CIE–9, hace
alusión, esta vez, a un síndrome hipercinético.8 Hacia 1980 se publicó en los
Estados Unidos la tercera edición del Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales III (DSM-III), donde por primera vez se definió el síndrome
utilizando una serie de síntomas; desde estos momentos se denominó como
“trastorno por déficit de la atención”, representado con las siglas inglesas
ADD (attention-deficit disorder). La versión revisada del DSM-III, el
DSM-III-R, publicada en el 1987, introdujo varias modificaciones al
diagnóstico, pues se le cambió el nombre al de “trastorno por déficit de
atención con hiperactividad” (attention-deficit hyperactivity disorder – ADHD
-). Así, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o sin esta, es
definido en la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (DSMIV), como una alteración del desarrollo de inicio en la
infancia.
Modelo Teórico
del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad I: Definición
Operativa Rocío Lavigne Cerván y Juan Francisco Romero Pérez Departamento de
Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidad de Málaga
Resumen
Desde
que en 1902 Still describiese las características de un Síndrome posteriormente
denominado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH, en lo
sucesivo) han pasado más de cien años en los cuales se ha avanzado notablemente
en cuanto a la conceptualización, búsqueda de su naturaleza, implicaciones y
formas de evaluar y tratar el trastorno. De una visión completamente clínica,
se pasó durante los años 60 a explicaciones psicoeducativas. Pero no fue hasta
la década de los 80 cuando confluyen las dos líneas –médica y psicoeducativa-,
gracias a las mejoras en las técnicas de neuroimagen y al auge de la
neuropsicología. Esta visión, en cuanto al concepto y formas de abordar el
tratamiento, continúa hoy día vigente en la comunidad científica y profesional
y constituye la base en la que se sustenta el Modelo explicativo que sobre la
definición operativa del TDAH se propone.
El
interés por el estudio del TDAH ha pasado por diferentes épocas en las cuales
ha estado en la superficie de los centros de atención preferente de
investigadores, profesionales y familiares, o bien ha permanecido oculto, pero
no inexistente. En la actualidad, muy probablemente merced a los avances de la
neurología, por un lado, y, por otro, a los cambios sociales y educativos que
se han producido, el interés por el TDAH ha sobrepasado ampliamente los límites
de los ámbitos de la investigación y el estudio académico, para constituirse en
un fenómeno social, por el cual todo niño que muestre cierta actividad, que no
permanezca sentado y quieto horas y horas en el colegio y en casa, o que no
atienda de modo automático a todo lo que se le dice, es derivado a los
especialistas bajo la sospecha de un posible TDAH. Una parte de la
responsabilidad de los elevados índices de sobrediagnóstico del TDAH (con porcentajes
que en nuestro país a veces se dice que superan el 9% de la población escolar
entre 5 y 15 años de edad) radica en la falta de consenso acerca de qué es el
TDAH y/o qué variables neuropsicológicas se encuentran implicadas en él, cuál
es su origen, y, como consecuencia de todo ello, de criterios de diagnóstico
unificados y de instrumentos de evaluación adecuados. Con respecto al tipo de
instrumentos hay que precisar que a pesar de que existe una considerable gama
en el mercado, no disponemos aún de un conjunto de tareas que nos ofrezcan una
fiabilidad elevada respecto a lo que estamos evaluando (Lawrence et al., 2002;
Root y Resnick, 2003). Además, pese a los esfuerzos dedicados a operacionalizar
y medir las variables neuropsicológicas implicadas en el TDAH, como los
procesos y funciones del sistema ejecutivo, todavía existen controversias en
torno a qué son dichos procesos y funciones y qué test son los más adecuados
para su evaluación (Félix, 2005, 2006; Miranda, Félix y Ávila, 2005). En un
intento de dilucidar estas cuestiones, hemos elaborado una propuesta de Modelo
explicativo y una definición operativa del trastorno y de los procesos
psicológicos y comportamientos que lo caracterizan, a partir de la cual poder
enfocar la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento, proponiendo para ello
un protocolo de actuación útil para poderlo abordar adecuadamente –esto último
se desarrollado en un artículo diferente que será publicado en otro
número de este Journal.
Antecedentes
de la Definición Operativa del TDAH En la evolución del estudio del TDAH se
aprecian dos líneas de investigación y de tratamiento diferenciadas, a veces
divergentes y a veces, como ocurre actualmente, muy relacionadas. Una primera
línea, se ha caracterizado por una consideración clínico-médica del trastorno
(Hoffman, 1865, citado en Barkley, 2006a), George Frederich Still (1902 citado
en Barkley, 2006a; Taylor, 1990), Hohman (1922) y Goldstein (1942), entre
otros), que sería consecuencia de una gran variedad de posibles afectaciones: daño
cerebral adquirido, disfunción cerebral mínima, alteración genética, incluso
deficiencias en vitaminas y minerales, o dietas alimenticias excesivamente
ricas en colorantes y conservantes, etc.; con propuestas de tratamientos
también muy diversas, pero con el denominador común de ser el paciente del
trastorno el objetivo preferente, sino único, de la intervención que se
efectuaba mediante la prescripción de medicamentos cuyo fin primordial era
disminuir la actividad motriz. Esta visión de la hiperactividad, aunque con
sustantivos cambios en sus perspectivas conceptuales y terapéuticas, reapareció
con fuerza a finales de los años 80 del siglo XX, gracias a importantes avances
en neurología y neuropsicología y a la mejora de las técnicas de neuroimagen.
Una
segunda línea, que se desarrolla con fuerza desde mediados del S. XX, es la
denominada como psicoeducativa, que ha centrado su punto de mira en la conducta
de las personas con TDAH, sobre todo en el ámbito escolar, dado que en ese
tiempo era ésta, la conducta manifiesta, la única con posibilidades reales de
ser abordada con ciertas garantías de éxito. Los científicos, Strauss y Werner
(1942), Strauss y Laura Lehtinen (1947), Clements y Peters (1962), entre otros
muchos, consideraron que el exceso de actividad motriz –hiperactividadera la
característica principal del trastorno. Consideración que se modificó a partir
de la década de los 70, pasando a ser la inatención –déficit de atención- el
síntoma determinante, con lo que ya no sería la excesiva actividad la que
provocase la debilidad en la atención, sino al revés. No obstante, los
programas de tratamiento, además de intentar que la persona estuviera atenta y
quieta, empezaron a ocuparse también de la familia y la escuela, proponiéndo
pautas educativas, dando a entender con ello que el trastorno tenía una
complejidad mayor de la que se le suponía.
Referencias
Bibliográficas
Recuperado el día 15 de
noviembre 2017
La falta de atención
como una barrera para el aprendizaje
Guía de observación
Indicadores
|
Observaciones
|
Existen alumnos con
déficit de atención
|
|
Cómo es la conducta
que presentan estos niños
|
|
Se relaciona con sus compañeros
|
|
Se integran y
participan en las actividades
|
|
Expresa ideas en
clase
|
|
Se ponen agresivos al
no obtener lo que quieren
|
|
La educadora le
presta atención suficiente para qué trabaja a la par con sus compañeros
|
|
Existe dentro de la
escuela atención por especialistas.
|
|
Como se brinda esa
atención a los niños con déficit o TDAH
|
|
De que manera se
involucra a los padres de familia para
apoyar en el seguimiento que deben llevar los niños con déficit de atención o
TDAH
|
BENEMÉRITO
INSTITUTO NORMAL DEL ESTADO
“GRAL. JUAN CRISÓSTOMO BONILLA”
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN
PREESCOLAR
ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESSICA NAVARRETE BONILLA
Guía de entrevista a educadora
1:
¿Ha identificado a alumnos con déficit de atención?
2:
¿Pide al alumno realizar las mismas actividades que sus demás compañeros?
3:
¿Qué estrategias implementa con alumnos de déficit de atención o con TDAH?
4:
¿Cuál es el seguimiento que tiene un niño con déficit de atención o con TDAH?
5:
¿De qué manera los padres de familia están involucrados para continuar con el
seguimiento que se debe llevar con un niño con déficit de atención o con TDAH?
BENEMÉRITO
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LICENCIATURA EN EDUCACIÓN
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ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESSICA NAVARRETE BONILLA
Guía de entrevista a alumnos
1:
¿Qué te hace sentir mal de la escuela?
2:
¿Tienes amigos?
3¿Cómo
te tratan tus compañeros?
4:
¿La maestra te explica las actividades que tienes que realizar si no le
entiendes?
5:
¿Son difíciles las actividades que te deja hacer tu maestra?
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ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESSICA NAVARRETE BONILLA
Guía de entrevista a Padres de familia
1:
¿Ha notado que su hijo se aísla de sus demás compañeros?
2:
¿Su hijo tiene problemas para poner atención en el ámbito escolar o familiar?
3:
¿Qué tan difícil es que su hijo le entienda en las indicaciones que usted le
da?
4:
¿Cuáles son las actividades que su hijo realiza en casa?
5:
¿Nota que al realizar estas actividades su hijo las hace muy rápido?
Este trabajo me sirve para conocer algunos aspectos importantes del trastorno por deficit de atención como barrera de aprendizaje en el que logré darme cuenta de las oportunidades que se tienen para trabajar con niños que presentan ese trastorno en el que no solamente depende del trabajo de la docente, sino que también de personas especializadas y apoyo de los padres.
ResponderEliminarDe acuerdo a lo abordado en clase, considero que mis compañeras tomaron en cuenta todos los aspectos que debe contener el trabajo requerido.
Los instrumentos que integran en este documento podrían ser de gran ayuda para ocasiones futuras ya que me parece que están bien elaborados que son sustentados con ésta investigación, ya que las fuentes consultadas son fidedignas.