jueves, 4 de enero de 2018



TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN COMO BARRERA PARA EL APRENDIZAJE

BENEMÉRITO INSTITUTO NORMAL DEL ESTADO
“GRAL.  JUAN CRISÓSTOMO BONILLA”

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR 



CURSO: HERRAMIENTAS BÁSICA PARA EL APRENDIZAJE
MAESTRA: JAQUELINE

TRABAJO:
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCIÓN COMO BARRERA PARA EL APRENDIZAJE

QUINTO SEMESTRE “D”


ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESICA NAVARRETE BONILLA



CICLO ESCOLAR 2017 - 2018




Marco teórico
 La Organización Mundial de la Salud (1992) considera que el termino “trastorno” es muy útil  pues tolera la ambigüedad, evitando los problemas que plantea el utilizar términos como “padecimiento” o “enfermedad”, aunque “trastorno” no es un término muy preciso se utiliza para señalar la presencia de comportamientos o síntomas  que producen malestar e interfieren con la actividad del individuo, el trastorno por déficit de atención hace referencia a la alteración(es) causadas por la deficiencia atencional, es decir, por la carencia, ausencia e insuficiencia de las actividades de orientación, selección, mantenimiento de la atención, y a su deficiencia en el control y regulación para con otros procesos. Sin embargo, cabe resaltar que tal deficiencia no se constituye como factor causal único y exclusivo de los trastornos.
 La incidencia estimada del TDAH es de aproximadamente dos millones de niños, esto es 3 – 5% de los niños en edad escolar, y se halla con mayor presencia en el sexo masculino que en el femenino en una proporción que varía entre 4 a 1 y 9 a 1 (Asociación de Psiquiatría Americana, 1995).
    
   Los resultados de estos estudios tienden a variar, de esta manera, estudios epidemiológicos realizados en Tennesse  revelan que el 4.7% padecen de TDAH del tipo desatento, 3.4% tenían predominio de la hiperactividad y un 4.4% presentaban TDAH del tipo combinado (Wolraich et al. 1996; véase en Sabate, Bassas y Quiles, 1999). En Alemania se encontró que un 9% presentaba TDAH del tipo desatento, un 3.9 eran hiperactivos, y un 4.8% tenían TDAH del tipo combinado (Baumgaertel et al. 1995; véase  en Sabate, Bassas y Quiles, 1999), es decir que en ambos grupos predominaba la desatención
   Por su parte, Anicama et al. (1997ª) en un estudio realizado en una zona urbano marginal de Lima pertenecientes a una clase socio-económica baja, no encontró diferencias por sexo en ningunas de las escalas del EDDA, lo que indica que el déficit de atención afecta por igual a hombres y a mujeres. Posteriormente realizó un estudio en un grupo de niños de un Centro Educativo de una zona urbano marginal de Lima, a quienes se les aplicó la Escala de Desordenes de Déficit de Atención (EDDA), encontró un 23% de prevalencia del TDAH. Analizando la prevalencia por áreas, halló que el 38% de niños tienen problemas de hiperactividad, un 34% presentaba déficit de atención, y un 20% impulsividad (Anicama, Melgar, Lívia, Ortiz, Palacios, Tomás y Araujo,1999).
   Se ha de tener en cuenta que estos datos en relación con el  TDAH varían en función de diferentes circunstancias, entre ellas se encuentran el tipo de población que se toma como referencia, el criterio diagnostico y los instrumentos de medida que se usan.





Definir déficit de atención, podemos decir que se trata de un trastorno que se diagnostica cuando un niño no tiene la capacidad de concentrarse en una sola cosa; la carencia en la selección y el mantenimiento de atención y las consecuencias que esta actitud puede acarrear a nivel psicológico. Es decir, se trata de una persona que presenta dificultades para permanecer quieta, actúa sin pensar primero o empieza a hacer algo pero nunca lo termina, entre otras situaciones. (Pérez y Gardey, 2008)
Los autores Ardila y Rosselli aseguran que este trastorno está íntimamente relacionado con una falta de capacidad para prestar atención, la cual se encuentra ligada a lesiones en el cerebro y debe ser atendida con cierta urgencia. Por ende, cualquier persona que presente síntomas como fluctuaciones de la atención, incapacidad para concentrarse, dificultades motrices debe ser atendida con urgencia pues puede ser que padezca alguna patología relacionada con los lóbulos frontales; aseguran que este tipo de síntomas, además suelen presentarse en personas que hayan padecido con anterioridad trastornos craneoencefálicos.
o   Por su parte, la Asociación Americana de Psiquiatríaasegura que el déficit de atención puede diagnosticarse en pacientes con las siguientes características:
o   Se equivocan porque no pueden prestar atención a los detalles;
o   No pueden mantener la mente en una cosa durante mucho tiempo, por ejemplo en juegos y tareas similares;
o   Aparentan no estar escuchando cuando alguien les habla directamente;
o   No pueden finalizar sus tareas y obligaciones;
o   Evitan aquellas actividades que puedan exigirles un esfuerzo mental que no creen poder realizar;
o   Distraerse fácilmente frente a estímulos que no sean relevantes;
o   No poder siquiera realizar las actividades diarias.
Con todo esto podemos afirmar que el déficit de atención se manifiesta a través de síntomas de tipo fisiológicos, cognitivos, motores y es sumamente nocivo para el buen rendimiento de una persona, en su individualidad y en su desempeño dentro de un círculo determinado (familia, escuela, trabajo, comunidad).
Tratamiento para el déficit de atención
Las personas con déficit de atención deben recibir la ayuda de un terapeuta, el cual debe determinar las causas de dicho comportamiento y establecer qué áreas del funcionamiento del individuo se encuentran relacionadas con este incapacidad. Para ello, se realiza un examen psicológico, indagando sobre aquellos aspectos de la vida del paciente que puedan ser reveladores de la causa del trastorno. El tratamiento se realiza de forma conjunta entre diversos especialistas, donde cada uno analiza el trastorno y propone una determinada forma de tratarlo, desde el área que es de su competencia.





El Déficit Atencional (DA) es un trastorno que afecta la capacidad del individuo para prestar atención. Los que lo padecen presentan dificultad para concentrarse y a veces para controlar su conducta. Algunos sujetos no pueden estar sentados por largos periodos de tiempo sin sentirse inquietos e impacientes y se los considera hiperactivos. Otros que tienen déficit de atención son exactamente lo contrario aunque también tienen dificultad para prestar atención, no son considerados hiperactivos, pero demoran más para hacer las cosas. El niño que llega al mundo se inserta en el medio al que debe adaptarse, a una familia ya existente, que al mismo tiempo debe aceptar al recién llegado. El bebé en un comienzo es totalmente dependiente, es decir que depende de los adultos para hacer cualquier cosa. Esta dependencia apunta, con el desarrollo a convertirse en lo opuesto, ser independiente. En los niños con Déficit Atencional estos cambios cuestan más, retardan este pasaje de la dependencia a la independencia. Es así como vemos chicos que no saben hacer prácticamente nada solos y al mismo tiempo son extremadamente exigentes con los que los rodean: "el pequeño tirano" como algunos padres lo describen. (Fundación para la Asistencia, Docencia e Investigación Psicopedagógica)
Conductas a tener en cuenta para detectar posible Déficit Atencional
Existen algunas pautas a tener en cuenta durante el primer año de vida de un niño para detectar un posible síndrome de Déficit de Atención:

Conducta motora excesiva: los padres describen a estos niños como muy movedizos, inquietos, desde las primeras semanas.

Problemas de sueño: no duermen lo suficiente, se despiertan varias veces durante la noche o tardan en conciliar el sueño. La alteración en el sueño muestra la gran sensibilidad a cambios externos.

Problemas de alimentación: el niño ávido de experiencias, se mueve, traga mal la comida. Come ansiosamente, traga aire lo que produce comúnmente los llamados "cólicos".

Recuperado de: 











Delimitación del tema
El entorno de un niño está repleto de informaciones, novedades y estímulos.  Por eso, sea difícil para ellos mantener una atención y una concentración en los estudios y en sus tareas de un modo particular. La atención general que requiere cualquier aspecto novedoso en su vida presenta, en ocasiones, dificultades en el aprendizaje, pero existen limitantes: la falta de atención como una barrera para el aprendizaje.

Preguntas de investigación
¿Qué problemas se presentan con los niños que sean referente a la  falta atención en edad preescolar?
¿Cómo afectan los problemas de falta de atención en el aprendizaje de los niños?
¿Qué ejercicios se pueden realizar con alumnos con TDAH?
¿Qué estrategias como docente se pueden trabajar con alumnos del Trastorno por déficit de atención con  hiperactividad?

Objetivos de la investigación
-       Investigar acerca de la falta de déficit de atención.
-       Identificar los problemas que se dan en alumnos con déficit de atención.
-       Conocer de manera más amplia el tema de Trastorno por déficit de atención con  hiperactividad.
-       Emplear estrategias  con alumnos de TDAH, para poder lograr aprendizajes.
Justificación
A través de la atención, nuestra mente puede centrarse en un estímulo de entre todos los que hay a nuestro alrededor para ignorar todos los demás. Con la concentración, una de las habilidades fundamentales en el proceso de conocimiento, mantenemos la atención focalizada sobre un punto de interés, durante el tiempo que sea necesario. Sin concentración es prácticamente imposible aprender algo, por tanto, la concentración es imprescindible para el aprendizaje.

Viabilidad  

Este proyecto considero que es viable ya que hoy en día en la mayoría de los Jardines de niños, en todos los grupos, siempre hay uno que nunca se sienta tranquilo. Fácilmente y en varias ocasiones se distrae y es muy difícil volver a retomar su atención, lo que conlleva a que ese niño nunca aprenderá a escuchar ni hacer lo que sus compañeros hacen, es muy importante conocer acerca del tema y tener muy presentes las características para que de esta manera no se confunda  con un niño inquieto.  Es muy importante conocer este trastorno para poder diseñar estrategias que estén acorde las características que tienen los niños sin perder de vista las mismas.

Estudio del arte
·         Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: algunas consideraciones sobre su etiopatogenia y tratamiento
·         El niño con Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad
·         Modelo Teórico del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad I: Definición Operativa
·         Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH): Coeficiente Intelectual y Funciones Cognoscitivas











ARTÍCULO DE REVISIÓN
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: algunas consideraciones sobre su etiopatogenia y tratamiento
Alba Portela Sabari,I MsC. Migdalia Carbonell Naranjo,I MsC. Maricel Hechavarría TorresII y MsC. Caridad Jacas GarcíaII I Hospital Infantil Docente Sur “Dr. Antonio María Béguez César”, Universidad de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba. II Hospital General Docente “Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso”, Universidad de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.
RESUMEN El trastorno por déficit de atención e hiperactividad constituye un modelo persistente o continuo de inatención y/o hiperactividad e impulsividad, que impide las actividades diarias o el desarrollo típico, pues provoca dificultades para mantener la atención, la función ejecutiva y la memoria de trabajo. Por su repercusión tanto en niños como en adultos, en la actualidad resulta un tema de gran interés sobre el cual se efectúan muchos estudios a nivel mundial. En este artículo se abordan aspectos importantes relacionados con la etiopatogenia de dicho síndrome y los diferentes tratamientos empleados para paliarlo; asimismo se ofrece información acerca de las morbilidades asociadas y los enfoques conceptuales que se evidencian en los sistemas de clasificación internacionales. Palabras clave: trastorno por déficit de atención e hiperactividad, inatención, hiperactividad, impulsividad, niños.
MEDISAN 2016; 20(4):557 INTRODUCCIÓN El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el término por el cual se denomina al síndrome caracterizado por 3 síntomas nucleares: la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. Fue el pediatra inglés Still, en 1902, quien dio la primera descripción de conductas impulsivas y agresivas, falta de atención y problemas conductuales, a los que eran considerados como niños “distintos”, incontrolables, problemáticos; adjetivos que aún se emplean en la actualidad para describirlos.1 Este trastorno neurobiológico, que aqueja tanto a adultos como a niños, es descrito como un patrón persistente o continuo de inatención y/o hiperactividad e impulsividad que impide las actividades diarias o el desarrollo típico. Los afectados suelen experimentar dificultades para mantener la atención, la función ejecutiva y la memoria de trabajo, y pueden corresponder a 3 tipos distintos de TDAH:2
• Inatento
• Hiperactivo-impulsivo
• Inatento e hiperactivo-impulsivo combinado La afección es frecuente, pues puede aparecer en 3 % de los niños, con un predominio de 6 a 9 veces más en los varones; sus manifestaciones clínicas se dan en la escuela, al interactuar con los compañeros, en el hogar. En la mayor parte de los casos no puede determinarse una causa específica, pero se refiere que es probable la existencia de una base biológica, en la cual influirían factores hereditarios, ambientales y sociales.3 Cabe señalar que las manifestaciones ya son notables a partir de los 3 primeros años de vida, y muestran una diversidad clínica e intensa a partir de los 5 años. Durante la etapa escolar su evolución es crónica y sintomáticamente evolutiva; de igual modo, 60 % de los niños afectados pueden presentar otros síntomas asociados.4 Asimismo la prevalencia mundial estimada del TDAH hasta los 18 años de edad es de 5,29 %, y representa entre 20 y 40 % de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil. Se ha demostrado, en estudios de seguimiento a largo plazo, que entre 60 y 75 % de los niños con TDAH continúan presentando los síntomas durante la edad adulta. La proporción entre niños y niñas con este trastorno es de 4:1 y en los adultos, de 1:1, para constituir un importante problema en la práctica neuropediátrica debido a su aparición precoz y a su naturaleza multifacética y crónica. Igualmente es el trastorno psiquiátrico más común de todos los que afectan el neurodesarrollo y uno de los más frecuentes en escolares de 6-7 años.5 El trastorno por déficit de atención e hiperactividad ha cambiado de definiciones a través de la historia. En 1845, Hoffman, médico alemán, describió por primera vez las características conductuales de algunos menores excesivamente inquietos y distraídos y dio origen al término “hiperactividad”. Desde entonces se han efectuado múltiples investigaciones con el fin de establecer las causas de este síndrome. Luego, en 1902, Frederick Still desarrolló una concepción muy particular de la hipercinesia al asociarla a “fallos en el control moral” que no resultan de deficiencias intelectuales. En los años siguientes distintos autores encontraron en niños que habían sufrido daño cerebral, síntomas similares a los descritos por Still, lo que MEDISAN 2016; 20(4):558 condujo a que se adscribiera claramente la hiperactividad a una alteración neurológica.6 Durante los años 30 y 40, este término fue sustituido por el de “disfunción cerebral mínima”, apoyando la posibilidad de un origen funcional, que incluiría niños con hiperactividad y disfunción atencional, sumado a otros trastornos del aprendizaje y problemas motores leves. Apuntaban teorías neuroquímicas o neurofisiológicas como base añadida de este espectro de comportamientos.7 A partir de la década de los 70 comenzaron a aparecer múltiples definiciones, como la de la segunda edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, (DSM-II, siglas del inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), donde se refiere una reacción hipercinética. Hacia finales de la década de los 70, la novena revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades CIE–9, hace alusión, esta vez, a un síndrome hipercinético.8 Hacia 1980 se publicó en los Estados Unidos la tercera edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales III (DSM-III), donde por primera vez se definió el síndrome utilizando una serie de síntomas; desde estos momentos se denominó como “trastorno por déficit de la atención”, representado con las siglas inglesas ADD (attention-deficit disorder). La versión revisada del DSM-III, el DSM-III-R, publicada en el 1987, introdujo varias modificaciones al diagnóstico, pues se le cambió el nombre al de “trastorno por déficit de atención con hiperactividad” (attention-deficit hyperactivity disorder – ADHD -). Así, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o sin esta, es definido en la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSMIV), como una alteración del desarrollo de inicio en la infancia.









Modelo Teórico del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad I: Definición Operativa Rocío Lavigne Cerván y Juan Francisco Romero Pérez Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidad de Málaga
Resumen
Desde que en 1902 Still describiese las características de un Síndrome posteriormente denominado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH, en lo sucesivo) han pasado más de cien años en los cuales se ha avanzado notablemente en cuanto a la conceptualización, búsqueda de su naturaleza, implicaciones y formas de evaluar y tratar el trastorno. De una visión completamente clínica, se pasó durante los años 60 a explicaciones psicoeducativas. Pero no fue hasta la década de los 80 cuando confluyen las dos líneas –médica y psicoeducativa-, gracias a las mejoras en las técnicas de neuroimagen y al auge de la neuropsicología. Esta visión, en cuanto al concepto y formas de abordar el tratamiento, continúa hoy día vigente en la comunidad científica y profesional y constituye la base en la que se sustenta el Modelo explicativo que sobre la definición operativa del TDAH se propone.
El interés por el estudio del TDAH ha pasado por diferentes épocas en las cuales ha estado en la superficie de los centros de atención preferente de investigadores, profesionales y familiares, o bien ha permanecido oculto, pero no inexistente. En la actualidad, muy probablemente merced a los avances de la neurología, por un lado, y, por otro, a los cambios sociales y educativos que se han producido, el interés por el TDAH ha sobrepasado ampliamente los límites de los ámbitos de la investigación y el estudio académico, para constituirse en un fenómeno social, por el cual todo niño que muestre cierta actividad, que no permanezca sentado y quieto horas y horas en el colegio y en casa, o que no atienda de modo automático a todo lo que se le dice, es derivado a los especialistas bajo la sospecha de un posible TDAH. Una parte de la responsabilidad de los elevados índices de sobrediagnóstico del TDAH (con porcentajes que en nuestro país a veces se dice que superan el 9% de la población escolar entre 5 y 15 años de edad) radica en la falta de consenso acerca de qué es el TDAH y/o qué variables neuropsicológicas se encuentran implicadas en él, cuál es su origen, y, como consecuencia de todo ello, de criterios de diagnóstico unificados y de instrumentos de evaluación adecuados. Con respecto al tipo de instrumentos hay que precisar que a pesar de que existe una considerable gama en el mercado, no disponemos aún de un conjunto de tareas que nos ofrezcan una fiabilidad elevada respecto a lo que estamos evaluando (Lawrence et al., 2002; Root y Resnick, 2003). Además, pese a los esfuerzos dedicados a operacionalizar y medir las variables neuropsicológicas implicadas en el TDAH, como los procesos y funciones del sistema ejecutivo, todavía existen controversias en torno a qué son dichos procesos y funciones y qué test son los más adecuados para su evaluación (Félix, 2005, 2006; Miranda, Félix y Ávila, 2005). En un intento de dilucidar estas cuestiones, hemos elaborado una propuesta de Modelo explicativo y una definición operativa del trastorno y de los procesos psicológicos y comportamientos que lo caracterizan, a partir de la cual poder enfocar la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento, proponiendo para ello un protocolo de actuación útil para poderlo abordar adecuadamente –esto último se desarrollado en un artículo diferente que será publicado en otro número de este Journal.
Antecedentes de la Definición Operativa del TDAH En la evolución del estudio del TDAH se aprecian dos líneas de investigación y de tratamiento diferenciadas, a veces divergentes y a veces, como ocurre actualmente, muy relacionadas. Una primera línea, se ha caracterizado por una consideración clínico-médica del trastorno (Hoffman, 1865, citado en Barkley, 2006a), George Frederich Still (1902 citado en Barkley, 2006a; Taylor, 1990), Hohman (1922) y Goldstein (1942), entre otros), que sería consecuencia de una gran variedad de posibles afectaciones: daño cerebral adquirido, disfunción cerebral mínima, alteración genética, incluso deficiencias en vitaminas y minerales, o dietas alimenticias excesivamente ricas en colorantes y conservantes, etc.; con propuestas de tratamientos también muy diversas, pero con el denominador común de ser el paciente del trastorno el objetivo preferente, sino único, de la intervención que se efectuaba mediante la prescripción de medicamentos cuyo fin primordial era disminuir la actividad motriz. Esta visión de la hiperactividad, aunque con sustantivos cambios en sus perspectivas conceptuales y terapéuticas, reapareció con fuerza a finales de los años 80 del siglo XX, gracias a importantes avances en neurología y neuropsicología y a la mejora de las técnicas de neuroimagen.
Una segunda línea, que se desarrolla con fuerza desde mediados del S. XX, es la denominada como psicoeducativa, que ha centrado su punto de mira en la conducta de las personas con TDAH, sobre todo en el ámbito escolar, dado que en ese tiempo era ésta, la conducta manifiesta, la única con posibilidades reales de ser abordada con ciertas garantías de éxito. Los científicos, Strauss y Werner (1942), Strauss y Laura Lehtinen (1947), Clements y Peters (1962), entre otros muchos, consideraron que el exceso de actividad motriz –hiperactividadera la característica principal del trastorno. Consideración que se modificó a partir de la década de los 70, pasando a ser la inatención –déficit de atención- el síntoma determinante, con lo que ya no sería la excesiva actividad la que provocase la debilidad en la atención, sino al revés. No obstante, los programas de tratamiento, además de intentar que la persona estuviera atenta y quieta, empezaron a ocuparse también de la familia y la escuela, proponiéndo pautas educativas, dando a entender con ello que el trastorno tenía una complejidad mayor de la que se le suponía.






  


Referencias Bibliográficas

Recuperado el día 15 de noviembre 2017











La falta de atención como una barrera para el aprendizaje
Guía de observación


Indicadores
Observaciones
Existen alumnos con déficit de atención



Cómo es la conducta que presentan estos niños

Se relaciona con sus compañeros



Se integran y participan en las actividades



Expresa ideas en clase



Se ponen agresivos al no obtener lo que quieren

La educadora le presta atención suficiente para qué trabaja a la par con sus compañeros

Existe dentro de la escuela atención por especialistas.

Como se brinda esa atención a los niños con déficit o TDAH

De que manera se involucra  a los padres de familia para apoyar en el seguimiento que deben llevar los niños con déficit de atención o TDAH





    BENEMÉRITO INSTITUTO NORMAL DEL ESTADO
“GRAL. JUAN CRISÓSTOMO BONILLA”
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN  PREESCOLAR
                   ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESSICA NAVARRETE BONILLA 

 Guía de entrevista a educadora


1: ¿Ha identificado a alumnos con déficit de atención?


2: ¿Pide al alumno realizar las mismas actividades que sus demás compañeros?


3: ¿Qué estrategias implementa con alumnos de déficit de atención o con TDAH?


4: ¿Cuál es el seguimiento que tiene un niño con déficit de atención o con TDAH?

5: ¿De qué manera los padres de familia están involucrados para continuar con el seguimiento que se debe llevar con un niño con déficit de atención o con TDAH?

















  

    BENEMÉRITO INSTITUTO NORMAL DEL ESTADO
“GRAL. JUAN CRISÓSTOMO BONILLA”
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN  PREESCOLAR
                   ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESSICA NAVARRETE BONILLA 

 Guía de entrevista a alumnos

1: ¿Qué te hace sentir mal de la escuela?


2: ¿Tienes amigos?


3¿Cómo te tratan tus compañeros?


4: ¿La maestra te explica las actividades que tienes que realizar si no le entiendes?

5: ¿Son difíciles las actividades que te deja hacer tu maestra?






    BENEMÉRITO INSTITUTO NORMAL DEL ESTADO
“GRAL. JUAN CRISÓSTOMO BONILLA”
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN  PREESCOLAR
                   ALUMNAS: MARGARITA HUERTA PÉREZ
JESSICA NAVARRETE BONILLA 

 Guía de entrevista a Padres de familia

1: ¿Ha notado que su hijo se aísla de sus demás compañeros?


2: ¿Su hijo tiene problemas para poner atención en el ámbito escolar o familiar?

3: ¿Qué tan difícil es que su hijo le entienda en las indicaciones que usted le da?

4: ¿Cuáles son las actividades que su hijo realiza en casa?

5: ¿Nota que al realizar estas actividades su hijo las hace muy rápido?


1 comentario:

  1. Este trabajo me sirve para conocer algunos aspectos importantes del trastorno por deficit de atención como barrera de aprendizaje en el que logré darme cuenta de las oportunidades que se tienen para trabajar con niños que presentan ese trastorno en el que no solamente depende del trabajo de la docente, sino que también de personas especializadas y apoyo de los padres.
    De acuerdo a lo abordado en clase, considero que mis compañeras tomaron en cuenta todos los aspectos que debe contener el trabajo requerido.
    Los instrumentos que integran en este documento podrían ser de gran ayuda para ocasiones futuras ya que me parece que están bien elaborados que son sustentados con ésta investigación, ya que las fuentes consultadas son fidedignas.

    ResponderEliminar

Falta de interés de los padres de familia como herramienta para el aprendizaje y la participación BENEMÉRITO INSTITUTO NORMAL DEL EST...